Del equinoccio de Otoño hasta la Navidad es una etapa astrológica importante, es el momento en que la naturaleza dá sus frutos con la vendimia y al mismo tiempo hace limpieza de lo que no sirve, con la caída de las hojas para regenerarse y así dar paso a lo nuevo. En el ser humano también ocurre lo mismo es un buen momento para hacer cambios internos y limpiarnos de todo aquello que no sirve, para dar paso a lo nuevo, septiembre es también el mes del Arcángel Miguel, portador de la energía adecuada para hacerlo. En primavera y verano se ha formado la semilla, ahora empieza a germinar y culminará en diciembre dando paso al nacimiento de nuestro niño interno. Aprovechemos pues este momento que es el más adecuado astrológicamente para hacerlo.
jueves, 25 de septiembre de 2008
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