Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron ¿Por qué les hablas por parábolas? Él, respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los Cielos; mas a ellos no les es dado. Porque a cualquiera que tiene, se le dará y tendrá más; pero al que no tiene le será quitado. Por eso les hablo por parábolas; porque viendo no ven, ni entienden. De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis y no entenderéis. Y viendo veréis y no percibiréis. Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y Yo los sane. Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oir lo que oís, y no lo oyeron.
viernes, 14 de agosto de 2009
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